26 octubre 2015

Correo a un viejo amigo

Hola,
hace mucho tiempo que no te escribía, supongo que el tiempo surte efecto y los recuerdos se desvanecen poco a poco...
Hacia tiempo que no miraba esta carpeta llena de correos que ya he olvidado en su mayor parte, siempre con la tentación de abrirla pero nunca sucumbiendo a ella, hasta hoy. No tengo la intención de leerlos y he llegado a la conclusión de que nunca volveré a escribirte. Este sera mi último correo.
Aunque me pese tengo la certeza de que, incluso dentro de muchos años, un fugaz pensamiento volverá a mi mente y un ligero peso se instalará en mi corazón al recordar el brusco fin sin despedida de nuestra amistad.

Solo quisiera agradecerte una ultima vez el apoyo que me brindaste en los malos momentos. Muchas gracias.

Adiós.


Tras mandar este correo con absoluta determinación, otro en respuesta llegó al instante. La sorpresa me embargó y la expectación disparó mi corazón. Temerosa abrí el correo para descubrir que lo único que me unía a mi entrañable amigo había desaparecido. Ya nunca recibiría noticias suyas, ni yo podría escribirle nunca más. Su dirección de correo había sido eliminada.

A pesar de los años que habían transcurrido desde la ultima vez que habíamos hablado, siempre tenia la certeza de que él estaba al otro lado de ese hilo intangible y ahora había desaparecido para siempre.
Un mar de sentimientos que no alcanzaba a comprender me invadió, robándome la calma de la que minutos antes disfrutaba. Sentimientos contenidos que no quería descifrar.

El olvido fue la única vía que contemplé, un olvido profundo y completo.
Y así dije adiós para siempre al amigo que había estado conmigo en el peor momento de mi vida.

12 octubre 2015

The angels of darkness - 18

Los siguientes tres días se me hicieron eternos, no volví a ser arrastrada por los pasillos para charlar con mi captor, ni siquiera Wesley el traidor se dejaba ver. La comida ahora aparecía en la mesa del centro de mi dormitorio por arte de magia mientras dormía o iba al baño, fuera cuando fuese eso.

Al principio pasaba las horas dando vueltas por la habitación, como una fiera enjaulada, pero a medida que pasaron las horas fui hartandome y pase a buscar puntos débiles por los que, con un poco de empeño, sería capaz de escapar. Tarde más en hartarme de esa tarea que de la anterior, pero el temido momento llego y tuve que ocupar mi mente en buscar un modo de conseguir que alguien se pasara por la habitación cuando yo estuviera al acecho.
Y mientras esperaba agazapada donde creía que había un punto ciego de las cámaras que me vigilaban día y noche, me planteé la posibilidad de que tal vez jamás conseguiría escapar de aquí e hice una decepcionante lista de quien podría llegar a echarme de menos.

La verdad es que no era una chica digna de recordar, ni mucho menos de echar en falta... incluso mi hermano tardaría en darse cuenta de que había desaparecido. Mis amigos pensarían que me había ido de ese pueblo con lo puesto y el dinero de la herencia que me había dejado mi madre para vivir aventuras... las aventuras que siempre soñaba despierta y relataba a mis pacientes amigos.
No tenia padres, ni novio, ni siquiera una mascota a la que alimentar. Así de triste y escasa era mi vida social.

Tampoco podía consolarme pensando en lo mucho que había vivido en ese corto plazo de vida... Nunca me había alejado del pueblo más de 50 kilómetros a la redonda, tampoco había pasado nada espectacular en este hasta que encontré el primer cadáver. No había hecho nada de lo que estar orgullosa porque, siendo realistas, formar parte de un club hematofágico no es más que formar parte de un grupito de frikis mentalmente desequilibrados que no tienen nada mejor que hacer.

En definitiva, más valía morir ahora que seguir con esa vida.








Ya lo se... Ya lo se... Tarde, corto y poco inspirado. La próxima vez procuraré que sea mucho mejor.
Muchos mordiscos y que disfrutéis de la noche!!
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