A veces siento que hay una fuerza dentro de mi que necesita salir, expresarse y llegar a otras mentes que la comprendan tanto como la mía.
Esa fuerza empuja mi alma, hacia fuera, en un intento vano por escapar, pero el único modo de verse liberada es ser escrita por mis deseosos dedos. Fluye por ellos como el agua de un riachuelo, sorteando rocas, arboles y todo lo que se interponga en su camino, cogiendo cada vez mas impulso y avidez.
Mi mente suspira de placer al ver que toda esa fuerza sigue el camino correcto, que no se ve apresada por algún inoportuno impedimento. Todos mis músculos se relajan, mientras mis iperactibas manos revolotean por el teclado o la hoja de papel, expresando todo lo que hay dentro de mí.
Mi alma vuelve poco a poco a la tranquilidad mientras la fuerza escapa entre mis dedos, dejándome bacía pero llena a la vez. Bacía porque ella ya no está y llena porque una sensación reconfortante ocupa su lugar, haciendo compañía a mi alma.
Gracias a esa fuerza escribo relatos, textos, novelas...
Hace unos instantes me he visto empujada por esta fuerza a escribir sobre ella y de ese impulso a nacido este texto.
Espero que os guste y mordiscos para todos!!! :)
