24 diciembre 2013

The angels of darkness - 8



Al tercer día de seguir el riachuelo, que desembocó en el río que bordeaba el pueblo, conseguí encontrar la salida de ese monstruoso bosque lleno de trampas mortales, animales salvajes y desesperación.

En cuanto vislumbre el viejo granero rojo de los Woodland eche a correr, sacando increíblemente fuerzas de donde no las había. El deseo de volver a casa me empujo escaleras arriba por el porche de la encantadora familia, quienes me dieron cobijo y un cuenco de caldo de pollo bien calentito mientras llamaban a mi madre para darle la maravillosa noticia de que ya había aparecido tras cuatro días en paradero desconocido.

Me contaron que el día anterior habían empezado a buscarme, tras el aviso de mi madre a las autoridades. En ese tiempo habían encontrado el coche aparcado en el descampado de detrás de la mansión y mis pertenencias en el salón, gracias a las indicaciones de mis compañeros de banda.
Durante las explicaciones, me di cuenta de que la familia no me lo contaban todo, había algo que intentaban ocultarme. ¿Qué era lo que no me querían contar? ¿Qué se me escapaba?

Al fin llegó mi madre y contra todo pronostico, en vez de recibir miradas asesinas, reproches, insultos y algún que otro bofetón, se puso a lloriquear al verme, sin poder articular palabra me abrazó hasta dejarme sin respiración. Parecía realmente aliviada por alguna cosa que yo no llegaba a comprender..


Me pase esa tarde y el día siguiente durmiendo, dejando que mi cuerpo se recuperase física y mentalmente. Apenas me desperté para tomar algo e ir al baño.
Cuando por fin mi cuerpo decidió que ya había descansado suficiente, me encontré echada en mi cama, pegada a la pared porqué dos de mis compañeros de banda ocupaban el resto de la cama.
Demon y Bloody estaban mirándome fijamente, con el alivio bien reconocible en sus facciones.

- Hola - carraspeé para aclarar la voz -. ¿Qué hacéis aquí? Creía que aun estarías en el hospital - dije refiriéndome a Bloody.

- Ya me dieron el alta, antes de ayer para ser exactos, solo tenia un par de grietas aquí y allá, nada demasiado serio - dijo bromeando -. ¡Que alegría, estás viva! ¡Al final no eras tú ese cadav …! - se calló antes de acabar la ultima palabra.

- Haber … - aun estaba un poco adormilada y mi cerebro iba mas lento que de costumbre -. ¿Que es eso de que no era yo ...?

- ¿No te lo han contado? Encontraron el cadáver de una chica en la buhardilla de la mansión mientras te buscaban - dijo Demon muy serio.

- Creían que eras tú - aclaró Bloody.

Y de repente lo entendí todo: mi madre enmudecida de alivio, la gente que se santiguaba al cruzarse con migo en el hospital y que reconfortaba a mi madre brevemente antes de seguir su camino, las miradas de reojo de los menos cercanos a la familia, la alegría en el rostro del Doctor Wilson ...

No era tan solo que se alegraran de que hubiera aparecido sana y salva, sino de que no fuera yo el cadáver sin cabeza, desmembrado y torturado que habían encontrado. El mismo que me había hecho huir de la mansión y perderme en el bosque.







Espero que disfruteis leyendo esta pagina tanto como yo escribiendola. Por fin he sacado del bosque a Vamp o Lacey (como prefiras llamarla), ya era hora.
Bueno, solo queda desearos a todos FELICES FIESTAS Y PROSPERO AÑO NUEVO junto a un monton de mordiscos vampiricos.
¡¡¡Hasta la proxima colmilleros!!!

21 diciembre 2013

The angels of darkness - 7

La noche fue fría y mas oscura que de costumbre. El rocío y las brumas matinales lo humedecieron todo, incluso la ropa que llevaba, provocando que temblara y me castañearan los dientes incontroladamente.
Al despertar por los espasmos musculares, sentí los labios agrietados, ansiosos por un sorbo de agua, aunque fuesen unas gotitas, y en el lugar donde debía haber el estomago sentía un gran vacío, profundo y oscuro, que ansiaba alimentarse.

Había andado durante casi toda la noche, hasta que, al tropezar y caer de bruces contra el suelo, ya no tuve fuerzas suficientes para levantarme y seguir avanzando hacia la mas absoluta oscuridad.
Estaba terriblemente angustiada por no haber encontrado ningún lugar conocido, temía haber estado dando vueltas, sin conseguir nada más que un cansancio horrible.

Cuando el sol traspasó las desnudas ramas de los árboles y llego a mí, como un dulce milagro tras una noche de ruidos extraños y aire helador, al principio no pude más que seguir abrazándome las rodillas, en un vano intento por recuperar el calor corporal. Poco a poco el calor de esas intangibles hebras doradas llego a mi centro, pero sin conseguir descongelar mi maltrecho corazón.

Cuando por fin sentí las puntas de los dedos de las manos y se hubieron desentumecido los pies lo suficiente como para andar, me levante sin desperezarme, ya que a esas alturas era completamente consciente de todas y cada una de las magulladuras que me había hecho durante la larga travesía.
Los primeros pasos fueron peligrosamente inestables, pero a medida que iba entrando en calor fui asegurando mi andar, avanzando más rápido que el día anterior.

Con un poco de suerte antes del anochecer encontraría un camino que me llevase de nuevo a la civilización, pero con lo mal que me iba todo últimamente, lo único que creia que encontraría seria un sendero tortuoso que acabara en una vieja cabaña de cazador medio desvencijada por unos críos que, como mi grupo, se habían proclamado amos y señores de aquel rincón dejado de la mano de dios.

Pero no fue eso lo que encontré, sino un riachuelo. No media más de tres metros de ancho y se veía claramente el fondo, cubierto de agujas de los pinos de alrededor. Bebí la cristalina y fría agua ansiosamente hasta que me dolió la cabeza y se me entumecieron las manos.

Sabía que por las afueras del pueblo pasaba un río, bordeándolo completamente por el lado sur, no sabía si el riachuelo que yo había encontrado se uniría a ese mas adelante o si me alejaría aun mas de casa, no tenia ni idea. Creía recordar que la mansión se encontraba remontando el río que bordeaba el pueblo, así que, al fin, decidí seguir la corriente.

Y aunque no encontrase mi destino, siempre habría alguna población o río mayor que el riachuelo que seguía. Siempre encontraría algo que ampliase mis opciones.








Se que hoy no he resuelto nada y que esta es la pagina mas aburrida de todas... Pero espero que la próxima vez que escriba pueda salir del embrollo en el que me he metido yo solita. Tampoco es que hoy estuviera muy inspirada, así que pido disculpas.

29 septiembre 2013

The angels of darkness - 6

Abrí los ojos de par en par, disipando las horribles imágenes que se habían instalado en mi mente, mucho me temía, para el resto de mi vida. Mientras, solté todo el aire que había retenido para retomar la respiración entrecortada por culpa del terror.
Con manos temblorosas tanteé el supuesto camino a casa entre el espeso bosque. Andaba medio enloquecida, sin tener cuidado de donde pisaba, perdiendo el equilibro y recuperándolo apoyándome en los arboles, mientras estos, con sus quebradiza ramas, me sollaban las manos y los brazos. Me desgarré la camiseta cuando intenté escapar del doloroso abrazo de una zarza que se había interpuesto en mi camino y que yo había ignorado inconscientemente. Pero seguí andando.

Convertida en un alma en pena, llena de suciedad y arañazos ensangrentados, anduve por el bosque mas allá del mediodía. Para entonces los rayos de sol ,ya anaranjados, se colaban entre los troncos de los arboles, cegándome y haciendo que mi abance fuera mas lento y torpe, si cabía.
Tenia la boca pastosa y la garganta seca, aunque lo hubiese deseado no podría haber articulado una sola palabra. Mi estomago protestaba, gruñía insolente a pesar de la precaria situación, en todo el día no había comido mas que unas chocolatinas y de eso ya hacía más de cinco horas como mínimo.
La comida. Me había saltado la comida con mi madre y mi hermano. Seguro que ella estaría enfurecida cuando llegase.

[···]
Ese día había llegado de madrugada después de pasar todo el día con Deamon, cuando aun estábamos juntos. Por la mañana había salido por la puerta sin hacer ruido para no tener que dar explicaciones, y cuando volví me encontré a una enfurecida madre, con las uñas mordidas de los nervios y los ojos rojos de llorar.
Su voz llego a mis oídos, empezando como un susurro entrecortado, que subía y subía de tono, llegando a ser gritos de furia , de desesperación y luego de nuevo esa furia susurrada.
" Cuando yo y tu hermano no estemos en tu vida, cuando ya nadie se preocupe por ti ... entonces, ¿A quien harás de sufrir largas horas con tu injustificada ausencia? ¿¡A quien acudirás cuando los problemas te acechen!? ¿¡Quien te querrá!? Cuando no tengas donde caerte muerta ... ni a nadie que llore tu perdida ... ¿Que harás? "

Esas fueron las palabras mas duras que jamas me había dicho mi madre. La crueldad, mas amarga e intensa que jamás había visto, se había asomado por detrás del dolor en su mirada. Esa madrugada algo se rompió en su interior, para ella, ya no eramos madre e hija.
[···]


Las lágrimas corrieron por mis mejillas, sosegadas y apacibles, aligeraron la pena de mi corazón.
El amor y comprensión de una madre jamás podrían ser reemplazados, pero llorar calmaba el desazón que me recorría desde esa madrugada.

Como no tube la ocasión de conocer a mi padre, mi madre desde el principio fue el único centro de todos mis universos. Era ella la que me arropaba todas las noches, con la que pasaba las horas a la luz de las velas cuando el cielo se oscurecía y aparecían las aterradoras tormentas de otoño. Era la única persona en la que confiaba para contarle todos mis secretos mas secretos. No existía nadie que me impresionara y quisiera mas que ella.

Pero a medida que crecí el cuento de hadas se fue decolorando, perdió su brillo. La bella historia se deformó, perdiendo su aspecto original, hasta llegar a parecer una pequeña pesadilla.
Pero nada ocurre de repente, y yo tuve mucho que ver con ese deterioro.

Yo misma había sido la culpable de que mi madre se alejase de mí. Fui yo la que dejo de hablarle, de darle un abrazo de vez en cuando, de sonreirle cuando  nos cruzábamos por casa. Esas pequeñas cosas fueron el principio del fin.
Al principio, a pesar de que ya no actuaba como su hija, a pesar de que me comportaba como si no existiera, ella seguía sentándose conmigo a la hora de comer, tal vez con la esperanza de conseguir salvar nuestra relación. Aun sin oír ni una sola palabra dirigida a ella, ella había sido incapaz de echarme de casa.

Al fin su paciencia se agotó, la pequeña llama de esperanza que albergaba en el centro de su corazón se ahogó. Y ese fue el detonante, que hizo de esa madrugada, una como cualquier otra, un punto de inflexión en nuestras vidas.









Aquí tenéis la sexta parte de una historia que, poco a poco, va tomando forma. Espero que la disfrutéis, a pesar de ser un poco triste.

A veces se dice: "De buenos vientres han nacido malos hijos".
Pero en ocasiones los hijos tan solo son corrompidos por los deseos de unos padres que, creyendo que hacen el bien, no piensan en como afecta a esas pequeñas personitas, tan vulnerables e influenciables.
Ahí lo dejo.

Muchos mordiscos para todos!



26 julio 2013

The angels of darkness - 5

Baje las escaleras corriendo como alma que lleva el diablo, resbalando y cayendo de culo repetidas veces, sin saber muy bien lo que hacia.
Lo único que ocupaba la totalidad de mi mente eran las horribles imágenes de vísceras rebosando por un inerte y maltrecho cuerpo sin cabeza, sin rostro, sin propietario. El olor a podredumbre, que era incapaz de sacarme de la nariz y la garganta, casi lo podía saborear. Y jamas podría olvidar los gusanos devorando los restos de lo que fue una persona.
El terror invadía y manipulaba todo mi cuerpo, había perdido todo atisbo de control de la mente y no era consciente de nada mas que los recuerdos.

Salí por la puerta principal, corrí con todas mis fuerzas por el bosque posterior de la mansión hasta que tropecé y caí de bruces al suelo, llenándome la boca de hojas secas y tierra. Una vez sentada, escupí lo que tenia en la boca y me restregué la manga por la lengua, enfadada le di una patada al suelo que hizo que algo de tierra entrase en mis ojos. Solo cuando al fin pude ver algo, fui consciente de que ya estaba al aire libre y que a pesar de que el viento corría y me revolvía el pelo furiosamente, las perturbadoras imagenes no desaparecían.
Maldije para mis adentros haber curioseado en esa macabra habitación, desee con todas mis fuerza no haber entrado jamas en la mansión, soñé con una vida en la que no conocía a Bloody, ni a Demon, ni a Lestat, una vida en la que no tenia conocimientos de la hematofagia. Fantasee por unos instantes con la idea de ser una chica normal, de esas que solo se preocupan por su perfecta familia, de su pelo, de sacar las mejores notas de la clase y de ese chico mayor tan guapo. Pero mi vida no se parecía en absoluto a esa, no conocía a mi padre, mi pelo siempre era un desastre, hacia tiempo que no estudiaba y mis relaciones amorosas estaban extintas desde que lo había dejado con Daemon meses atrás.

Salí de mi ensimismamiento, alcé la vista y me di cuenta que no tenia ni idea de donde estaba ni de donde venia. Fue entonces cuando el terror y las imagenes gores desaparecieron de mi mente, pero fueron reemplazadas por el terror de estar perdida en medio del bosque desconocido de una mansión abandonada.
No podía seguir el rastro de hojas revueltas que había dejado tras de mi mientras estaba cegada por el miedo, el viento soplaba cada vez mas fuerte y a esas alturas ya había hecho desaparecer cualquier indicio que me pudiera llevar de vuelta a la cibilización.
Di vueltas sin saber hacia donde ir, sin saber que hacer. No llevaba el móvil encima, me había dejado la mochila en el salón de la mansión. Si chillaba nadie me oiría ya que lo mas probable era que me encontraba a mas de un quilómetro de la carretera mas cercana, y dos de mis compañeros de banda estaban en el hospital. ¿Que probabilidades había de que Lestat volviese a la mansión el día después de pelearse? ¿Y si el asesino volvía a su sanguinario "laboratorio de autopsias"? No, chillar no era la mejor opción.

Cerré fuertemente los ojos para tranquilizarme pero una imagen pasó fugazmente por mi mente.

Manos de pianista, delgadas y delicadas, con las uñas rotas, medio arrancadas en un vano intento de huir.
La inmaculada piel de las muñecas mancillada por la brutal marca de unas ataduras.
Los turgentes pechos de una joven virgen bañados en su propia sangre.
Un corte profundo a la altura del corazón...
Desalmado y enloquecido, el asesino había intentado robar el mas puro de los corazones: el que late por primera vez a causa del amor.







P.D.: Espero que os guste este fragmento algo mas gore, en todo momento he intentado no excederme, evitando herir la sensibilidad de nadie. De no haberlo conseguido, mis mas sentidas disculpas.

19 marzo 2013

The angels of darkness - 4

Cuando llegué a casa me di cuenta de que no me apetecía quedarme encerrada, con mi madre y mi hermano mayor pululando a mi alrededor. Así que cogí de nuevo el coche y me dirigí a la mansión, pero no sin antes llenar mi mochila de dulces y refrescos, tantos que a cualquiera le hubiesen durado una semana.

Aparqué en la parte posterior y me adentre en ella hasta el salón principal, donde aun se podían apreciar los daños que causó la pelea. Pataleé los trozos destrozados de una silla, arrinconándolos en una esquina mugrienta. Algún día tendríamos que recoger esa basura, pero tenia claro que no sería yo sola.
Miré a mi alrededor y solo vi polvo, algunas ventanas con cristales rotos, envoltorios de golosinas, botellas de cristal, manchas de sangre en la alfombra...
Y el espejo de la pared opuesta, que en su incansable lucha por hacernos ver la realidad, reflejaba la decadencia de la humanidad, la soledad y el rechazo de un mundo corrompido por la avaricia y la frialdad de mi antigua especie.
Suspiré, dejé caer la mochila al suelo, levantando una nube de polvo, y me decidí a investigar el resto de la mansión.

Siempre había querido saber si habían mas muebles antiguos, aparte de los del salón, o que mas cosas se habían olvidado allí. Había una zona en la que me apetecía, especialmente, husmear: la buhardilla. Allí siempre habían guardados los trastos mas antiguos, los que aparentemente no son mas que un estorbo pero que, a la vez, son los mas alucinantes.

Empecé a subir por la gran escalinata de la entrada que daba a la segunda planta. Los peldaños, ya muy envejecidos, crujieron bajo mis pies quejándose del paso de los años y la falta de cariño. Hice oídos sordos y enfilé la segunda escalera, con mas cuidado y lentitud a medida que me acercaba a la siniestra puerta de la buhardilla.
Un escalofrío me recorrió el cuerpo entero, de pies a cabeza, y el vello se me erizó al posar la mano en el gélido pomo, y entonces me di cuenta de que no estaba cubierto de esa gruesa capa de polvo que lo bañaba todo. No me había fijado en si los peldaños de las escaleras habían sido pisados con anterioridad, pero cualquiera de mis compañeros podía haber dado una vuelta como yo, acabando en ese lugar.
No tenia gracia investigar donde otros ya habían hecho de las suyas pero ya que había subido, decidí entrar igualmente, y lo que encontré allí no era lo que esperaba.

Parecía sacado de una película de miedo sangrienta.
La sala había sido despejada, acumulando todos los objetos en el fondo y posteriormente cubiertos con sabanas amarillentas. También habían cubierto el suelo con bolsas de basura, abiertas y unidas entre si con cinta adhesiva, y en el centro se encontraba una gran mesa de madera maciza, con un bulto cubierto con una raída manta de punto color granate.
No sé que se me pasó por la cabeza para acabar acercándome a ella, coger con sumo cuidado una esquina de la manta, que estaba algo húmeda, y levantarla. Solo sé que al hacerlo me encontré con la escena mas gore que jamás he visto.

Con la mente a mil revoluciones, retrocedí de espaldas, a trompicones, sin poder apartar la mirada pero deseando hacerlo, hasta chocar con la pared. Solté un grito, ahogado por mis manos, pero entonces me di cuenta de que las yemas de los dedos con los que había levantado la manta estaban manchados de sangre y grite aun mas fuerte, esta vez intentando limpiar mi mano con el pantalón.
A pesar de estar acostumbrada a ver la sangre, no lo estaba a la brutal agresividad que se había empleado al llevar a cabo ese macabro acto.

Empecé a hiperventilar, necesitaba huir de ese lugar, salir a un espacio abierto, cerrar los ojos y que el viento se llevara todos los recuerdos que había creado ese maldito día.









P.D.: Espero que la 4ª parte este a la altura de vuestras expectativas y que os deje con ganas de leer mas. Tambien os dejo el link de una canción que me ha encantado, no es de las mejores de "nightwish", musicalmente hablando, pero la letra me ha impresionado.
http://www.youtube.com/watch?v=GxCnwX01OfE&feature=share&list=PL2B05B9EE62799188
Hasta la proxima noche!!

17 marzo 2013

The angels of darkness - 3

Esa mañana despertamos en una impoluta habitación de hospital. No soportaba el olor a enfermos, desinfectante, comida sana baja en sal, café malo de maquina... Tampoco el sonido de las enfermeras trasteando en sus carrítos, correteando pasillo arriba y pasillo a bajo, ni el de los enfermos quejándose de sus dolencias, sus toses, las visitas... Aaagh... En definitiva no soportaba los hospitales, aun peor, los odiaba.
Gracias a la estúpida pelea de la noche anterior, Bloody tenia dos costillas rotas, el labio inferior partido en tres y, en su cuerpo, empezaban a emerger una infinidad de moratones. Para rematarlo los médicos querían asegurarse de que no tuviera nada mas grabe, y eso solo podía significar una cosa: una noche mas en aquel asqueroso hospitalucho de un pueblo que se encontraba en el culo del mundo.
Demon se despertó mientras yo intentaba recuperar mi brazo, ya que él lo había apresado durante toda la noche para utilizarlo de almohada. Nos había tocado dormir en el incomodo "sofá-cama", pero por como me había dejado la espalda en una sola noche, estaba claro que ese mueble no valía para ninguna de las dos cosas.

- ¿Que hora es? - dijo algo desorientado.

- Hummm... - miré a mi alrededor en busca de algún reloj o algo que me pudiese indicar de un modo aproximado en que punto del día nos encontrábamos. - No tengo ni idea. ¿Que tal has dormido? ¿Te ha ido bien mi brazo? Porque yo me he despertado como si, en vez de Bloody, fuera yo la hospitalizada por culpa de una paliza...

- ¡A mi no me han dado una paliza, que quede claro! - protesto Bloody entre muecas de dolor.

- Ya... bueno, no me apetece discutir sobre esto ahora, solo quiero irme a casa y dormir cómoda aunque sean cinco minutos. Oye, Demon, ¿te molestaría mucho si no me quedase esta noche? Al fin y al cabo sois pareja, ¿no?

Reinó el silencio en la habitación, ninguno de mis compañeros de banda negó la conclusión a la que había llegado, así que cogí mis cosas y me largué. Oí sus pasos tras de mí durante todo el trayecto pero no me alcanzó hasta que estubimos en el párquin del hospital. Mientras intentaba que arrancara el viejo coche vi asomar la cabeza de Demon por la ventanilla del copiloto, la había dejado abierta para que el coche se resfrescase, ya que allí dentro hacia treinta grados como mínimo.

- ¿Puedo sentarme y hablamos? - al ver que no tenia intención de contestarle siguió diciendo - Escucha, se que entre nosotros hubo algo... pero de eso ya hace mucho tiempo. Pensaba que entenderías que no me mantuviese a distancia de las chicas eternamente porque tu siguieses formando parte de mi vida... aunque de otro modo.

- Mira, me importa una mierda con quien salgas o te líes... o lo que sea que hagas con Bloody. Se que lo que pasó entre nosotros es cosa del pasado. ¡Tranquilo, no estoy enamorada en secreto de ti! Que te den Erik. - dije con toda la rabia del mundo y entonces conseguí poner en marcha el coche, salir de allí, dejándole plantado con la palabra en la boca.










P.D.: Aquí tenéis la tercera parte que os había prometido, es un poco dramática pero tengo escusa: son las cuatro de la madrugada y estoy que me caigo del sueño, pero como me sentía inspirada no quería parar. Además no se cuando podré volver a escribir, tal vez mañana o tal vez dentro de una semana... así que mejor acabar hoy  :) 
Muchos mordiscos a todos, hasta la próxima.

16 marzo 2013

The angels of darkness - 2

El sol ya se había escondido y la luna estaba ausente, mientras las estrellas la relevaban una noche mas, mostrando el sendero que conducía a la, ya familiar, mansión.
Nos encontrábamos en el gran salón, envueltos de viejos muebles de raída tapicería clásica y madera carcomida, echados en la vieja y polvorienta alfombra persa. Bloody tenia la cabeza apoyada en el vientre de Demon, con el rostro manchado de sangre del mismo. Ella se lamió la comisura de los labios y dijo:

- ¿Que os parece una visita al club?

- ¿Que pasa, Bloody, no soy suficiente hombre para ti?

- ¡¿Pero que dices?! Sabes que tu sabor me encanta pero no puedo tomar de ti tanto como desearía.

- Ultimamente bebes demasiado, ¿que tal si pruebas a contenerte durante un par de días? ¡En vez de solo nosotros! -dije yo a modo de protesta.

Hacía un par de semanas que la única que probaba la sangre era ella a pesar de que todos nos moríamos de ganas de tomar aunque fuese un sorbo.
Yo empezaba a sentir el mono de sangre. Cuando mi madre se había cortado haciendo la cena tres noches atrás, me tuve que obligar a salir de la habitación para no ir corriendo a lamerle el dedo. Además, empezaba a ver a mis mascotas desde otro punto de vista mas... comestible.
No probábamos la sangre pero tampoco parábamos de verla por culpa de Bloody. No era justo, o todos, o ninguno.

- ¿De que te quejas? Sois vosotros quienes decidisteis intentar aminorar la marcha, yo estoy contenta con la cantidad de sangre que tomo, no intento cambiar como soy... pero vosotros si. No tengo porque hacer lo mismo. Somos un grupo, no una sola persona.

- Nunca aprenderás. - dijo secamente Lestat.

- ¿Que quieres decir con eso, eh!? ¡Jamas dices nada excepto cuando deberías mantener esa bocaza cerrada! ¡Maldito fantasma!

Bloody se levanto de un revuelo y se echo encima de él, atacándolo con garras y dientes, como una fiera salvaje que se siente acorralada.
Ese día descubrimos que Lestat era un experto luchador, pero de ninguna modalidad determinada, atacaba y dejaba fuera de combate del modo mas ruin y sucio que jamas había visto. Esos brazos que segundos antes habían parecido flacuchos y sin musculatura suficiente para levantar siquiera el bajo que tocaban, se veían mortíferos, capaces de inmovilizar y estrangular al mas bravo de los tigres.
Ella no tenia nada que hacer contra su rival. Bloody era mas bien pequeña y, a pesar de que los músculos de todo su cuerpo destacaban bajo la paliducha piel, no ocupaba ni la midad que él.
Mientras él intentaba dejarla cao o apresarla entre sus larguiruchos dedos, ella saltaba a su espalda agarrándose del rubio pelo del chico, arañándole la cara, pataleandole los riñones y el estomago.

Tras destrozar algunos muebles y perder mechones de pelo y trozos de sus vestimentas, Lestat le asestó, a Bloody, un certero puñetazo en la caja torácica y esta se desplomo en el suelo gimiendo de dolor, con la respiración entrecortada y una mueca de agonía en su rostro.
El chico, orgulloso de si mismo, miro con total seriedad a su abatida contrincante, cogió el estuche en el que se encontraba su bajo y se fue, pero no sin antes decir:

- Que paséis una buena  noche... en el hospital.

Y solo entonces se permitió mostrar un amago de sonrisa en ese frío rostro que, durante toda la pelea, había mantenido la compostura.








P.D.: Se que hace siglos que colgué la primera parte pero he estado super ocupada estos dos últimos años. Además, tengo un libro más abanzado entre manos y estoy deseando acabarlo, así que mi tiempo libre lo utilizo para finalizarlo. Os prometo que hoy mismo me pongo manos a la obra con la continuación de esta segunda parte.
Espero que os guste. Hasta la próxima y muchos mordiscos para todos.

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