17 marzo 2013

The angels of darkness - 3

Esa mañana despertamos en una impoluta habitación de hospital. No soportaba el olor a enfermos, desinfectante, comida sana baja en sal, café malo de maquina... Tampoco el sonido de las enfermeras trasteando en sus carrítos, correteando pasillo arriba y pasillo a bajo, ni el de los enfermos quejándose de sus dolencias, sus toses, las visitas... Aaagh... En definitiva no soportaba los hospitales, aun peor, los odiaba.
Gracias a la estúpida pelea de la noche anterior, Bloody tenia dos costillas rotas, el labio inferior partido en tres y, en su cuerpo, empezaban a emerger una infinidad de moratones. Para rematarlo los médicos querían asegurarse de que no tuviera nada mas grabe, y eso solo podía significar una cosa: una noche mas en aquel asqueroso hospitalucho de un pueblo que se encontraba en el culo del mundo.
Demon se despertó mientras yo intentaba recuperar mi brazo, ya que él lo había apresado durante toda la noche para utilizarlo de almohada. Nos había tocado dormir en el incomodo "sofá-cama", pero por como me había dejado la espalda en una sola noche, estaba claro que ese mueble no valía para ninguna de las dos cosas.

- ¿Que hora es? - dijo algo desorientado.

- Hummm... - miré a mi alrededor en busca de algún reloj o algo que me pudiese indicar de un modo aproximado en que punto del día nos encontrábamos. - No tengo ni idea. ¿Que tal has dormido? ¿Te ha ido bien mi brazo? Porque yo me he despertado como si, en vez de Bloody, fuera yo la hospitalizada por culpa de una paliza...

- ¡A mi no me han dado una paliza, que quede claro! - protesto Bloody entre muecas de dolor.

- Ya... bueno, no me apetece discutir sobre esto ahora, solo quiero irme a casa y dormir cómoda aunque sean cinco minutos. Oye, Demon, ¿te molestaría mucho si no me quedase esta noche? Al fin y al cabo sois pareja, ¿no?

Reinó el silencio en la habitación, ninguno de mis compañeros de banda negó la conclusión a la que había llegado, así que cogí mis cosas y me largué. Oí sus pasos tras de mí durante todo el trayecto pero no me alcanzó hasta que estubimos en el párquin del hospital. Mientras intentaba que arrancara el viejo coche vi asomar la cabeza de Demon por la ventanilla del copiloto, la había dejado abierta para que el coche se resfrescase, ya que allí dentro hacia treinta grados como mínimo.

- ¿Puedo sentarme y hablamos? - al ver que no tenia intención de contestarle siguió diciendo - Escucha, se que entre nosotros hubo algo... pero de eso ya hace mucho tiempo. Pensaba que entenderías que no me mantuviese a distancia de las chicas eternamente porque tu siguieses formando parte de mi vida... aunque de otro modo.

- Mira, me importa una mierda con quien salgas o te líes... o lo que sea que hagas con Bloody. Se que lo que pasó entre nosotros es cosa del pasado. ¡Tranquilo, no estoy enamorada en secreto de ti! Que te den Erik. - dije con toda la rabia del mundo y entonces conseguí poner en marcha el coche, salir de allí, dejándole plantado con la palabra en la boca.










P.D.: Aquí tenéis la tercera parte que os había prometido, es un poco dramática pero tengo escusa: son las cuatro de la madrugada y estoy que me caigo del sueño, pero como me sentía inspirada no quería parar. Además no se cuando podré volver a escribir, tal vez mañana o tal vez dentro de una semana... así que mejor acabar hoy  :) 
Muchos mordiscos a todos, hasta la próxima.

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