15 enero 2010

LEYENDAS Y MITOS SOBRE VAMPIROS

Un vampiro es, según el folclore de varios países, una criatura siniestra que se alimenta de sangre de seres vivos para mantenerse activo.
En algunas culturas orientales y americanas aborígenes el vampiro es una deidad demoníaca o un dios menor que hace parte del panteón siniestro en sus mitologías.
En la cultura europea y occidental, así como en nuestra cultura global contemporánea, el prototipo de vampiro más popular es el de origen eslavo, y es el de un ser humano convertido después de morir en un cadáver activo o revinient e depredador chupasangre.
En la mayoría de los casos, los vampiros son seres no muertos malvados, víctimas de suicidio, o brujas, pero también pueden ser creados mediante la posesión de un cadáver por un espíritu malévolo o al ser mordido por un vampiro. La creencia en tales leyendas fue tan habitual en algunas zonas que se registraron casos de histeria colectiva e incluso de ejecuciones públicas de las personas sospechosas de ser vampiros.



Otros nombres que se utilizan para nombrar a los vampiros son: brucolaco en castellano del griego Vrykolakas, vurdalak (ruso moderno), vrolok (eslovaco), strigoï o strigoiul (rumano moderno), vampir (búlgaro), vukodlak (serbio), upiór (polaco), upir (ruso antiguo), nosferatu (del griego nosophoro (νοσοφορος), portador de enfermedad) vampyrus (latín) y Kyuuketsuki (吸血鬼) o Kuei-jin en japonés. En Grecia se les denominaba Tympaniaios o Vrykolakas dependiendo de su origen. En escritos ingleses medievales en latín el vampiro era denominado como "cadáver sanguisugus".



CARACTERISTICAS
Las siguientes características, solo algunas son las esenciales o comunes en el folclore general o como parte de las creencias de ciertas regiones, y otras inventadas por los novelistas y libretistas de cine o diseñadores de videojuegos:
• Fueron humanos mortales, pero ahora están en un estado intermedio entre la vida y la muerte, de ahí que se les llame no-muertos, revinientes o redivivos. Esta naturaleza determinaba su aspecto básico:
1. Entre los eslavos, griegos y pueblos de Europa del este, un cadáver desenterrado era considerado vampiro si su cuerpo parecía hinchado y le salía sangre (presuntamente de sus víctimas) de la boca o la nariz. También si notaban que sus uñas, pelo y dientes eran más largos que cuando había sido enterrado e incluso poseía un aspecto más saludable de lo esperado, mostrando piel sonrosada y pocos o ningún signo de descomposición.
2. En Transilvania (Rumanía) se consideraba que los vampiros eran flacos, pálidos, y poseían unas largas uñas y largos y puntiagudos caninos (colmillos).
3. En Bulgaria se les puede reconocer por poseer un solo agujero en la nariz.
4. Según algunas culturas, tienen la posibilidad de transformarse en insectos, murciélago, rata, lobo o en niebla. La forma más mencionada en la cultura popular es la del murciélago.
• Se alimentan primordialmente de la sangre de sus víctimas aunque hay descripciones de que también son antropófagos y en algunas culturas se consideraba que la sangre no era la base de su sustento, sino el "fluido vital" humano, o la energía psíquica.
• No se reflejan en los espejos ni tienen sombra, tal vez como una manifestación de la carencia de un alma. Este atributo no es universal, pues por ejemplo el vampiro griego vrykolakas/tympanios poseía tanto sombra como reflejo, pero es muy popular gracias a novelistas como Bram Stoker que lo menciona en su novela Drácula.
• No toleran el ajo. En algunas tradiciones, también pueden ser alejados con rosas silvestres.
• Los vampiros por su naturaleza demoníaca no soportan los símbolos cristianos y por ello pueden ser alejados usando una cruz cristiana o con agua bendita y no pueden cruzar por terrenos consagrados como los de una iglesia.
• Son indestructibles por medios convencionales y son extremadamente fuertes y rápidos pero se debilitan junto a las corrientes de agua.
• Algunas tradiciones sostienen que un vampiro no puede entrar en una casa si no es invitado por el dueño; pero que una vez es invitado puede entrar y salir a placer.
• En algunas zonas de Europa del este, existe la creencia de que el vampiro es un ser lujurioso que vuelve al lecho conyugal y deja embarazada a su esposa. De esta relación nacía un niño de características especiales (que varían en cada región), que se conocía como dhampiro.



MANERAS DE QUE UN HUMANO SE CONVIERTA EN VAMPIRO
En el conjunto de creencias populares se pueden distinguir unas formas básicas, para que un ser humano se convierta en vampiro:
• Por predisposición desde el nacimiento: En Rumanía tenia más posibilidades de ser un strigoi, el séptimo o duodécimo hijo cuyos hermanos mayores eran todos del mismo sexo. O tener unas marcas de nacimiento como el hueso sacro pronunciado, abundante vello corporal y haber nacido encapuchado, es decir con la cabeza envuelta en parte de la membrana placentaria, o haber ingerido parte de la misma.
• Por muerte prematura o violenta: En la antigua Grecia al igual que entre búlgaros y eslavos, así como en ciertas culturas africanas y en Indonesia, se creía que los niños, adolescentes y en general las personas que habían tenido una muerte prematura o en circunstancias anormales, por suicidio o violencia, podían convertirse en vampiros.
• Por incumplimiento de rituales funerarios y religiosos: En Bulgaria y Rumanía también se creía que alguien se puede convertir en vampiro después de su muerte si los que se deben ocupar de preparar y vigilar debidamente el cadáver no cumplen bien su tarea y no impiden que un animal, especialmente un perro o gato, e incluso una persona pasen a sobre el mismo. Esta creencia es similar a la de los hindúes que consideraban los espíritus o Pitrs que se encuentran a la espera de reencarnar pueden convertirse en vampiros si nadie les recuerda y realiza los rituales funerarios de rigor conocidos como shraadh y que son para facilitar su reencarnación.
• Como maldición por acciones criminales o sacrílegas: En la antigua China también se creía que se convertían en vampiros ciertos criminales tradición similar a la existente entre los eslavos y los griegos quienes creían que los vampiros eran brujas o personas que se habían rebelado contra la Iglesia mientras estaban vivos, vendiendo su alma al diablo y que al morir sus cuerpos podían ser poseídos por demonios. Ela Europa cristiana y especialmente entre los griegos y pueblos eslavos, todos aquellos que no fueran enterrados en tierra consagrada (en particular los suicidas y los excomulgados) y los que no hubieran recibido la extremaunción, tenían la mayor posibilidad de convertirse en espectros corpóreos vampiros
• Por mordedura de un vampiro: Según casi todas las tradiciones, especialmente entre los eslavo, aquella persona que moría después de ser mordida por un vampiro se convertiría a su vez en uno. Esta manera solo es posible si hay aceptación por parte de la víctima.



RITUALES UTILIZADOS PARA IDENTIFICAR A UN VAMPIRO:
• Para localizar la tumba de un vampiro el ritual consistía en guiar a un muchacho virgen montado en un caballo también virgen a través de un cementerio; el caballo se negaría a avanzar sobre la tumba en cuestión. Generalmente se requería que el caballo fuera negro, aunque en Albania era necesario que fuera blanco.
• Que aparecieran agujeros en la tierra sobre la tumba era tomado como un signo de vampirismo.
• La exhumación del cadáver sospechoso para verificar directamente si tenia las características tradicionales y destruirlo.
• La evidencia de la actividad de un vampiro en la localidad incluía la muerte del ganado, de familiares y conocidos. Algunos podían hacer evidente su presencia mediante pequeños actos como mover muebles de la casa.




PRÁCTICAS PREVENTIVAS:

• Entre los celtas el enterrar el cuerpo cabeza abajo era una de las más extendidas, como también colocar hoces o guadañas cerca de la tumba, para evitar que los demonios poseyeran el cuerpo o para apaciguar al muerto y que este no se levantara de su ataúd. Con igual propósito se acostumbraba cortar los tendones de las rodillas.
• En el folclore de la Grecia moderna se pone una cruz de cera y una pieza de cerámica con la inscripción "Jesucristo conquista" sobre el pecho del cadáver para evitar que se convierta en vampiro o vrykolakas.
• En Europa Oriental, era frecuente introducir un diente de ajo en la boca, y a veces en los nueve orificios corporales, de los muertos así como atravesárles el corazón con un objeto cortopunzante, antes de inhumarlos.
• En las regiones sajonas de Alemania, se colocaba un limón en la boca del sospechoso de ser un vampiro.
• Europa incluían esparcir semillas o arena en la tierra de una tumba sospechosa de contener a un vampiro para mantener al vampiro ocupado durante toda la noche contando los granos caídos (Historias chinas similares relatan que si un vampiro se encontraba con un saco de arroz, tendría que contar todos los granos uno a uno).
• Talismanes, sustancias y objetos protectores:
1. el ajo.
2. el azufre.
3. un crucifijo.
4. un rosario.
5. agua bendita.
6. una rama de rosa silvestre o de espino puede dañar al vampiro.
7. en Europa, esparcir semillas de mostaza en el tejado se decía que los mantiene alejados.



DESTRUCCIÓN DE UN VAMPIRO:
En los Balcanes, existía el cazador de vampiros que podía ser un religioso o un dhampiro aunque fueran invisibles y destruirlos. Hasta principios del siglo XX, eran ofrecidos a los viajeros que iban a visitar Europa del este en particular, unos estuches o "kits" con las herramientas tradicionales para destruir vampiros.
Métodos:
• Clavar una estaca en el corazón de los cadáveres sospechosos de ser vampiros (culturas eslavas del sur). La estaca solía clavarse apuntando a la boca en Rusia y en el norte de Alemania, o al estómago en el noreste de Serbia.
• Clavar la cabeza, el cuerpo o las ropas del vampiro para evitar que se alzara. Los gitanos clavaban agujas de hierro y acero en el corazón del cadáver y colocaban pequeños fragmentos de acero dentro de la boca, sobre los ojos, en las orejas y entre los dedos durante el entierro.
• La decapitación era el método preferido en las áreas germanas y eslavas del oeste, enterrando la cabeza junto a los pies, tras las nalgas o alejada del cuerpo.
• La incineración completa del cadáver y rociar agua hirviendo sobre la tumba eran medidas adicionales frecuentes.
• Sobre todo en casos recalcitrantes, se desmembraba el cuerpo y se quemaban las partes, se mezclaba las cenizas con agua y se suministraban a los familiares a modo de cura.
• Repetir el funeral, rociando agua bendita sobre el cadáver, o con un exorcismo era una medida frecuente en los Balcanes.
• Disparar una bala a través del ataúd, y colocar un ajo en el interior de la boca, eran precauciones que se tomaban en Rumania hasta una época tan reciente como el siglo XIX.



LOS VAMPIROS EN LA ANTIGÜEDAD:
Inicialmente la mayoría de menciones de seres con características vampíricas en la Antigüedad son parte del folclore y de los mitos en casi todas las civilizaciones, desde Egipto y Sumeria hasta las culturas indoamericanas.
En Mesopotamia se invocaba a los dioses protectores para que acabaran con los Utukku, seres culpables de las enfermedades y las pestes, que pueden considerarse como antecesores de los vampiros.
En el Antiguo Egipto la diosa de la guerra Sejmet hija de Ra y llamada "la terrible", asoló la tierra para castigar a los hombres y solo pudo ser apaciguada embriagándola con un brebaje de color rojo semejante a la sangre que bebía.
En el folclore árabe y africano se menciona la existencia de unos demonios necrófagos y vampiros, que cambian de forma a su antojo, llamados guls, en árabe, "Al-ghul" (demonio, que se convertían en tales por haber tenido una muerte violenta). En uno de los relatos de Las mil y una noches llamado Honor de un Vampiro el protagonista es un Ghul.
En el judaísmo uno de sus arquetipos míticos es Lilith, la primera mujer de Adán, de quien se decía que se alimentaba de la sangre de los niños no circundados y es inspiradora de muchos personajes de vampiresas seductoras en la ficción por su acentuado carácter sexual.
En la India los vetala (demonios vampiros) ocupan un lugar importante en las narraciones y, como parte de la corte de Siva, rondan los lugares de cremación. Igualmente en las mitologías budista, hinduista y mitología jainista, un preta es un espíritu atormentado, el alma de un fallecido condenado a sufrir una eterna hambre de de sustancias repugnantes o de sangre lo cual lo torna peligroso para los vivos.
En América, el pueblo amerindio Mapuche tiene entre sus creencias la existencia de un ser vampírico conocido como el Pihuychen que atacaría principalmente a animales, pero también a humanos. Igualmente creían en la existencia de una criatura vampírica acuática conocida como Trelke-wekufe (El cuero). Posteriormente ambos seres formarían también parte de la tradición chilena. Los Aztecas creían en unas diosas temibles llamadas Cihuateteo espíritus de mujeres que morían durante el parto y que provocaban pestes, atacaban a los niños y en las noches a los viajeros especialmente en las encrucijadas. Según el Popol Vuh, los Mayas creían que el guardián de Xibalba era un murciélago con rasgos humanos llamado Camazotz que decapitaba a los extraños. Un mito del pueblo Shuar que habita en la selva amazónica en Ecuador y Perú dice que los "Jencham", como denominan a los murciélagos hematófagos que habitan las cavernas, se originan en hombres que fueron así transformados por su gusto en derramar la sangre.
En Europa, la mitología griega, incluye la leyenda de Lamia, hija del rey oriental Belus y cuyos hijos fueron asesinados por la diosa Hera al conocerse que Lamia tuvo un romance con Zeus. Para vengarse, Lamia comenzó a perseguir a todos los niños que se encontraba para extraerles la sangre para alimentarse. Esta leyenda originó la superstición que persistió en las zonas rurales de la Grecia moderna, según la cual Lamia atacaba a los viajeros extraviados, seducidos por su belleza. También entre los personajes mitológicos griegos está la Empusa, ser monstruoso con pies de bronce, hija de la diosa Hécate, y que podía transformarse en una bella mujer para seducir a los hombres y beber su sangre o devorarlos. En Grecia se creía también en los Vrykolakas, que atacaba a su familia después de muerto. En las leyendas rumanas se habla de los strigoi, deidades con rostro de mujer y cuerpo de pájaro que absorbían la sangre de los humanos mientras estos dormían.
Los romanos tenían a los larvae, no-muertos que no habían pagado sus crímenes en vida, y se vengaban de su estado esquelético y fantasmal absorbiendo la vida de los vivos.
Entre los francos la creencia en vampiros era tan acendrada, pero sobre todo asociada con el canibalismo que al parecer eran una practica común, que en la Ley Salica, promulgada en el siglo V. hay previstas multas a quienes practiquen el vampirismo: "...La mujer vampiro que devore a un hombre, comprobándose su culpabilidad, deberá pagar una multa de 8000 deniers, o sea , 200 sous".
En España, hacen parte del mito criaturas como las guaxas en Asturias, las guajonas en Cantabria y las meigas chuchonas en Galicia, brujas con un solo colmillo para succionar la sangre de sus víctimas, sobre todo niños.

1 comentario:

  1. Me gustó mucho el blog ^^. Bueno, ha sido un placer, sigue escribiendo.
    Saludos.

    Atemntamente: La muñeca de la sonrisa alegre...

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