Con un nuevo amanecer llego la calma, como un bálsamo para mi
corazón.
Paró las lágrimas silenciosas que habían sustituido los ruidosos
sollozos.
Y dejó mi mente en blanco, reticente a volver a la realidad.
VELKAN:
Detestaba
profundamente lo lento que iba todo, cuando creía que había algún avance ella
conseguía sacarme de mis casillas y que,yo mismo, lo echara todo a
perder.
Supongo
que ese era uno de sus muchos dones, conseguir que los demás sabotearan sus
propios planes sin que ella tuviera que esforzarse por conseguirlo por sí
misma.
Viéndola
por la pantalla de las cámaras de seguridad, echada en su cama, naufragando
entre el sueño y la consciencia, parecía incapaz de cabrearme tal como hizo la
última vez que nos reunimos.
Ese
día consiguió alterarme hasta tal punto que le mostré el temor que de vez en
cuando acudía a mi mente: ¿Y si jamás conseguía lo que deseaba de Lacey?
El
tiempo que costara conseguirlo también me preocupaba, en otra situación no
sería un problema, ni siquiera si tuviera que esperarme durante años pero en
esos momentos todo era muy distinto. No había tiempo para
estupideces.
A
pesar de que habían pasado dos días desde que perdí los papales y dejé fuera de combate a Lacey, seguía reprochándome a cada instante la falta de
autocontrol. Si no era capaz de mantener la calma ante las estúpidas réplicas
de una simple adolescente, no conseguiría sobrevivir a lo que se me echaba
encima.
El tiempo apremiaba y mi negligencia no hacía más que empeorar la
situación.
Tenía
que ir a verla y arreglar las cosas.
LACEY:
En
algún momento de esa mañana el sueño había vencido mi reticente consciencia y me
había quedado profundamente dormida.
Al
despertar lo primero que vi fue, de nuevo, ese color ámbar que empezaba a detestar: el de los ojos de Velkan.
Estaba
sentado a los pies de la cama, como si fuera lo más normal, como si la última
vez que habíamos hablado no me hubiese amenazado y aterrorizado hasta el punto
de hacerme perder la cordura.
Supuse
que le debía divertir lo fácil que era aterrorizar a una insignificante niña
llorona. Me daba hasta vergüenza mirarle a la
cara después de haber sucumbido tan fácilmente al miedo, ya no sería capaz de
plantarle cara con la misma firmeza que dos días antes.
De
reojo y deseando que no se diera cuenta, lo miré. Su expresión era extrañamente
dulce, parecía relajado aunque se notaba que se esforzaba por parecerlo.
- Quiero ofrecerle mis más sinceras disculpas. El otro día
fui descortés con usted y mi reacción fue desmesurada. Por favor acéptalas e
intentemos construir una relación cordial y más respetuosa.
Aquí está la nueva entrega de ''the angels of darkness". Esta vez podremos entrar en los pensamientos de Velkan, aunque muy superficialmente.
Espero que os guste.
Y siento la tardanza, parece que por más que lo intente no consigo publicar de manera regular...
La verdad sea dicha, ultimamente tengo en la cabeza otra historia... además de mil y un relatos cortos de temáticas variopintas, aunque no se si publicaré en este blog ninguno de estos escritos.
Bueno, ya se irá viendo :)
¡Dulces sueños y muchos mordiscos!
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