03 noviembre 2017

The angels of darkness - 24

LACEY:
Con un nuevo amanecer llego la calma, como un bálsamo para mi corazón. 
Paró las lágrimas silenciosas que habían sustituido los ruidosos sollozos.
Y dejó mi mente en blanco, reticente a volver a la realidad.


VELKAN:
Detestaba profundamente lo lento que iba todo, cuando creía que había algún avance ella conseguía sacarme de mis casillas y que,yo mismo, lo echara todo a perder. 
Supongo que ese era uno de sus muchos dones, conseguir que los demás sabotearan sus propios planes sin que ella tuviera que esforzarse por conseguirlo por sí misma.

Viéndola por la pantalla de las cámaras de seguridad, echada en su cama, naufragando entre el sueño y la consciencia, parecía incapaz de cabrearme tal como hizo la última vez que nos reunimos.
Ese día consiguió alterarme hasta tal punto que le mostré el temor que de vez en cuando acudía a mi mente: ¿Y si jamás conseguía lo que deseaba de Lacey?
El tiempo que costara conseguirlo también me preocupaba, en otra situación no sería un problema, ni siquiera si tuviera que esperarme durante años pero en esos momentos todo era muy distinto. No había tiempo para estupideces.

A pesar de que habían pasado dos días desde que perdí los papales y dejé fuera de combate a Lacey, seguía reprochándome a cada instante la falta de autocontrol. Si no era capaz de mantener la calma ante las estúpidas réplicas de una simple adolescente, no conseguiría sobrevivir a lo que se me echaba encima. 
El tiempo apremiaba y mi negligencia no hacía más que empeorar la situación.
Tenía que ir a verla y arreglar las cosas.


LACEY:
En algún momento de esa mañana el sueño había vencido mi reticente consciencia y me había quedado profundamente dormida.
Al despertar lo primero que vi fue, de nuevo, ese color ámbar que empezaba a detestar: el de los ojos de Velkan.
Estaba sentado a los pies de la cama, como si fuera lo más normal, como si la última vez que habíamos hablado no me hubiese amenazado y aterrorizado hasta el punto de hacerme perder la cordura.
Supuse que le debía divertir lo fácil que era aterrorizar a una insignificante niña llorona. Me daba hasta vergüenza mirarle a la cara después de haber sucumbido tan fácilmente al miedo, ya no sería capaz de plantarle cara con la misma firmeza que dos días antes.

De reojo y deseando que no se diera cuenta, lo miré. Su expresión era extrañamente dulce, parecía relajado aunque se notaba que se esforzaba por parecerlo.

- Quiero ofrecerle mis más sinceras disculpas. El otro día fui descortés con usted y mi reacción fue desmesurada. Por favor acéptalas e intentemos construir una relación cordial y más respetuosa.







Aquí está la nueva entrega de ''the angels of darkness". Esta vez podremos entrar en los pensamientos de Velkan, aunque muy superficialmente. 
Espero que os guste.
Y siento la tardanza, parece que por más que lo intente no consigo publicar de manera regular...
La verdad sea dicha, ultimamente tengo en la cabeza otra historia... además de mil y un relatos cortos de temáticas variopintas, aunque no se si publicaré en este blog ninguno de estos escritos.
Bueno, ya se irá viendo :)

¡Dulces sueños y muchos mordiscos!

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